domingo, 13 de julio de 2014

Salida del 13-07-2014: La Transosquilla

Los participantes en esta primera Transosquilla

Trayecto 130
13-07-2014

La Transosquilla
(ruta por la Serra de L'Ataix)

Duración: desde las 6:45 a las 13:30 horas
Tiempo de pedaleo: 3:41:05
Climatología: casi despejado; temperatura agradable; humedad
Terreno: seco; en perfectas condiciones
Distancia: 55,08 km a una media de 14,9 km/h
Altitud acumulada: 955 m

Grupo:




 Los participantes en esta histórica salida, por orden alfabético:
Jaime, Javier, Jorge, José Ángel, JuanBa, Manolo (Bione), Miguel (ón),
Natasha, Óscar, Salvador, Santi Alarcón y Víctor

Crónica:

¡Impresionante!; ¡espectacular!; ¡asombrosa!; ... no hay palabras para poder calificar esta bonita y dura salida con la que hoy nos ha querido premiar nuestro buen amigo Óscar, con la inestimable colaboración de Santi Alarcón, a quien desde este momento adoptamos como un Siberiano más, con todos los honores; la etapa ha pasado ya a la historia como la Transosquilla, y desde luego no ha dejado indiferente a nadie; ha transcurrido en su totalidad por la impresionante Serra de L'Ataix, entre las localidades de Martorell, Gelida, Corbera de Llobregat y Sant Andreu de la Barca; esta es la zona por la que habitualmente se mueven nuestros hermanos de Martorell Bike, tal y como ha señalado Santi; están de suerte; vamos a ver si esta etapa se convierte en la primera de las Transosquillas; desde luego la zona dá para eso y para mucho más, tal y como ya sabíamos, pese a que no nos prodiguemos por la misma con más frecuencia; empecemos pues con la crónica; Óscar había fijado el lugar de encuentro a la altura del primer puente peatonal que cruza el río, en Sant Andreu de la Barca, en donde los demás debíamos llegar a eso de las 7:00 horas, a excepción de Santi Alarcón, que había quedado directamente con el propio Óscar; los demás hemos salido con bastante retraso desde Molins de Rei, pasados unos minutos de las 6:45; JuanBa y Jorge lo han hecho en la furgoneta de este último; cuando hemos llegado al puente, allí ya nos estaban esperando Óscar y Santi Alarcón, aunque finalmente hemos decidido continuar hacia delante al encuentro de Natasha, que había pasado como una exhalación minutos antes y no respondía a las llamadas del móvil, por lo que no hemos tenido más solución que cruzar el río por el puente siguiente, a la altura del polígono de Can Pelegrí; enseguida hemos empezado a subir por las rampas que encontramos bordeando la autopista, llegando así al polígono del Congost; estas rampas han constituido ya un pequeño adelanto de lo que nos íbamos a encontrar un poco después, y más concretamente subidas y más subidas, para todos los gustos; ahora que miro el Garmin se me hace casi imposible que la altitud acumulada de esta salida haya sido de tan solo 955 m, cuando lo más normal es que hubiera superado con creces los 2.000 m; esa es la impresión que hemos tenido todos cuando hemos finalizado; la Serra de L'Ataix es impresionante; hay zonas en las que parece que estemos en el mismo Berguedá; estoy seguro que si trajéramos aquí a Juanmaiden con los ojos vendados apostaría con quien fuera que estaba en su querida Berguedá; seguro; lo malo es que antes de gozar de esta bonita zona, hemos tenido que subir y sufrir el acceso por la vertiente del polígono industrial del Congost, cerca del McDonald, unas rampas cuyo desnivel no podemos revelar porque de momento no hay en el mercado GPS's con suficiente capacidad cómo para medir tanto desnivel; precisamente en esta durísima subida ha sido en donde un servidor ha podido comprobar una vez más lo que pesan 7 arrobas encima de una bici; sí, puede que la dura salida de ayer, "il grande etapone", también me haya pasado factura, no lo niego; el caso es que en un momento dado he perdido la trayectoria buena, posiblemente debido a ir demasiado juntos, y he debido poner el pie en el suelo; no he sido el único; daba gusto ver cómo subían los demás; algunos sobre sus preciosos y dóciles camellos: Víctor, Juanba, Javier, Manolo, José Ángel ... sin acusar para nada sus grandes dimensiones; cuando hemos llegado arriba y hemos empezado a movernos ya por la propia sierra pensábamos que lo peor ya había pasado, pero no; el bueno de Óscar nos tenía preparadas muchas más sorpresas en forma de rampas, algunas de éllas muy técnicas, aunque todas ciclables; incluso algunos hemos pensado que Óscar no había realizado previamente esta salida, ni en sueños, y que tan solo se había limitado a bajar el track de Wikiloc; él, en cambio, nos ha asegurado que sí, y no una vez, sino dos; yo lo creo, pese a que se me haga difícil imaginarme a alguien retorciéndose en solitario por estas descomunales rampas; en un momento dado hemos accedido, tras superar otra de tantas rampas, aunque en esta ocasión de una dureza y técnica inusual, a la carretera de Gelida, muy cerca del restaurante de la Creu Aregall, y ahí ha sido en donde Miguel (ón) ha impuesto sus galones "ordenando" que fuéramos a almorzar al propio restaurante; nadie ha dicho ni pío; lo único que ha podido conseguir un servidor ha sido una foto en el letrero de costumbre, seguramente uno de los más fotografiados de EspaÑa; ahí va; la lástima es que no ha quedado muy bien; esas prisas ...

  El famoso letrero de la Creu Aregall

En el restaurante lo hemos pasado de fábula;  Santi Alarcón nos ha estado explicando algunas anécdotas de Israel Núñez que nos ha dejado a algunos con la boca abierta, llegando a la conclusión de que por mucho que entrenemos, jamás llegaremos a ser como él; jajaja; nos las prometíamos muy felices, pensando que la salida prácticamente ya había terminado y que tras terminar nuestro almuerzo tan solo deberíamos dejarnos caer por la carretera hasta Corbera, en donde cogeríamos el "sendero Miguel (ón)" y para casa, a pesar de que se comentaba que íbamos a subir a la Bola.

En el restaurante de la Creu Aregall

En medio de la comida he enviado las fotos vía WatsApp, y han podido ser vistas por el mismísimo ... Estarqui; ¡joder, este tío está en todas partes!; se ve que nuestro amigo no conoce el significado de la palabra descanso, y no hace otra cosa que salir y salir en cuanto tiene la más mínima oportunidad; allí estaba almorzando también con unos cuantos carreteros, entre éllos, Antonio; ha venido a saludarnos y yo he aprovechado para dejar constancia de ello.

 Un servidor con Estarqui

Finalmente no ha habido suerte, y tras el almuerzo aún hemos tenido tiempo de completar el recorrido más o menos previsto, sufriendo otra vez nuevas rampas; debemos insistir en que es increíble que esta salida no haya llegado a los 2.000 m de altitud acumulada; hemos pasado a muy poca distancia de la Bola en el Puig d'Agulles (la 1ª Bola, entre nosotros); menos mal que a nadie se le ha ocurrido finalmente ir a élla; nos hemos ido aproximando a la localidad de Gelida, y un poco antes de llegar, Santi Alarcón nos ha obsequiado con una preciosa trialera que hemos agradecido enormemente; tras pasar por Gelida nos hemos dirigido ya hacia Martorell, por una pista paralela y próxima a la autopista "subeybaja", para no perder la costumbre; en Martorell nos hemos despedido ya de nuestros amigos Óscar y Santi Alarcón, y nos hemos dirigido hacia el lugar de salida en Molins de Rei; Jorge y Juanma han regresado en la furgoneta que habían aparcado en Sant Andreu de la Barca; los demás hemos tenido que sufrir el camino del río, que parece que no tiene fin, aunque finalmente hemos llegado bien, poniendo punto final a esta inolvidable salida que vamos a guardar como oro en paño para repetirla pronto, al menos un servidor, aunque espero que en mejores condiciones físicas y con unos cuantos kilos menos; gracias Óscar; gracias Santi; seguimos viéndonos.









  Algunos momentos de la salida

Datos técnicos:

Se trata de una preciosa salida por la Serra de L'Ataix, no exenta de una tremenda dureza en forma de inacabables rampas, para todos los gustos; oficialmente la etapa comenzaba en Sant Andreu de la Barca, a orillas del río Llobregat, desde dónde tras cruzar el puente peatonal a la altura del polígono de Can Pelegrí nos hemos dirigido hacia el polígono del Congost, a través de una pista en dura subida que ha transcurrido en su mayor parte junto a la autopista A7, bordeándola, llegando finalmente a la carretera NII, continuando por ella hasta llegar al polígono del Congost-Acisa; hemos continuado dirigiéndonos hacia la Serra de L'Ataix por las espeluznantes rampas próximas al McDonald que nos han dejado en la zona conocida como Valldaima; hemos continuado, casi siempre subiendo, en ocasiones por pistas y senderos técnicos, llegando al altiplano o Plana de Sant Jaume, pasando muy cerca de la ermita del Mas del Castell y del Turó del Castell (369 m), prosiguiendo con dirección a Can Xandri, a donde finalmente no hemos llegado, ya que hemos tomado un desvío en fortísima y técnica subida que nos ha dejado en la carretera de Gelida, la BV2425, por la que hemos llegado al restaurante de la Creu Aregall, desde donde nos hemos dirigido hacia Gelida por la urbanización de Can Oller, tomando a continuación una bonita trialera bordeando el Torrent de Vallverdina que nos ha dejado ya en Gelida, desde donde hemos emprendido el camino de regreso por una pista paralela a la autopista A7, por la cual hemos llegado a Martorell, tomando a continuación el camino clásico del río, tras cruzar el Pont del Diable, por el cual hemos llegado ya a casa.

La orografía de la etapa

Se trata de una etapa muy dura, en la que sobresalen las fuertes subidas por todo tipo de pistas y senderos, algunos bastante técnicos.

El itinerario de la etapa

Índice I.B.P. 101 (muy duro)

sábado, 12 de julio de 2014

Salida del 12-07-2014: "il grande etapone" (el gran etapón)

Un servidor en El Jabalí

Trayecto 129
12-07-2014

"il grande etapone"
(el gran etapón)

Duración: desde las 8:00 a las 14:00 horas
Tiempo de pedaleo: 4:15 horas
Climatología: nubes y claros; calor; humedad
Terreno: seco; en perfectas condiciones
Distancia: 49,33 km a una media de 11,6 km/h
Altitud acumulada: 1.717 m


Un servidor

Crónica:

Hoy sí; llevaba mucho tiempo detrás de esta etapa, aunque no he intentado hacerla muchas veces; de hecho hoy era la tercera vez; hace unos tres años intentamos terminarla Manolo (Bione), José Martín y un servidor, pero finalmente, debido a la calor, decidimos suspenderla a medio camino; la última vez que lo intenté fue precisamente el sábado pasado-día 5 junto con Miguel (ón), y tampoco esa vez pudimos terminarla debido a asuntos de trabajo de nuestro amigo; en aquello ocasión me prometí que a la primera oportunidad que tuviera lo intentaría nuevamente, aunque fuera en solitario; y esa oportunidad se ha presentado hoy; lo que ocurre es que será la última dado que la semana próxima volveré ya a la rutina de salidas con la flaca, destinando el sábado a la salida larga por carretera; pues nada, dicho lo dicho, y para no cansar demasiado al personal, vamos a ver cómo se ha desarrollado esta durísima salida; ayer por la noche lancé al WatsApp esta salida, con el propósito de que alguien se apuntara; pero esta vez no ha habido suerte; ni siquiera Miguel (ón), seguramente debido a otras ocupaciones; tan solo Manolo (Bione), aún convaleciente de su caída, estaba predispuesto a venir; finalmente casi he tenido que convencerle para que no viniera debido a la tremenda dureza de esta salida para no afectar a su recuperación; finalmente he salido solo; a las 8:00 horas; no hacía falta salir antes; la verdad es que no estoy en mi mejor momento, ya que desde mi participación en la QH, además de limitar muchísimo mis salidas, zampo como un descosío; ahora mismo peso casi 7 arrobas, y eso se nota; la verdad es que a primera hora no lo he notado mucho, aunque a medida que iba transcurriendo el tiempo me iba desengañando; casi he tenido la misma idea que tuvimos Miguel (ón) y un servidor el pasado sábado e irme a almorzar a Sant Creu; menos mal que no lo he hecho, de lo cual le alegro; la primera gran dificultad del día, como ya sabemos, era la Trialera del Instituto ... en subida, claro está; hoy he encontrado el terreno mucho más seco que el sábado pasado y, por tanto, mucho más pesado; al menor descuido, la rueda trasera patinaba, y eso que la llevaba con muy poca presión; notaba que no iba fino del todo; cuando he terminado de subir por aquí, incluso he parado para examinar la bici, ya que no era normal que subiera tan atrancao;  enseguida me ha dado cuenta de que la rueda trasera iba totalmente frenada debido a que las pastillas estaban prácticamente gastadas; de hecho iba frenando metal sobre metal, con un ruido infernal; seguramente tendré que cambiar el disco; no he podido hacer nada por solucionarlo debido a que no llevaba llaves allen, lo que me hubiera permitido poner detrás una de las pastillas de la rueda delantera; en fin, todo esto, como ya sabemos, hay que hacerlo en casa, por lo que no he tenido más remedio que continuar ... tras la foto para el recuerdo.

  Aquí estoy en el cruce que se dirige a Can Ribes, tras 
superar las rampas de la Trialera clásica del Instituto

Superar esta primera dificultad me ha alegrado bastante, ya que significaba que estaba metido en verea  y, lo más importante, porque había superado las fortísimas rampas finales de esta trialeras; la siguiente dificultad era el Mirlo que, como sabemos, no deja indiferente a nadie; he seguido el itinerario previsto para esta salida, coincidente en estos primeros momentos con el que llevamos Miguel (ón) y un servidor en la salida del sábado pasado, con la única diferencia de que, una vez en la pista de gravilla que conduce a Can Planas, me he desviado a la derecha tomando el sendero de subida incluido en la Transiberiana, y que nos lleva directamente a la Rierada, aunque deberemos cruzar al final la propia riera, cosa que he hecho; enseguida he llegado a las impresionantes rampas del Mirlo; ni siquiera he podido ver el porcentaje de las mismas ya que, sorprendentemente, el Garmin cuando llegaba al 20% dejaba de marcar; en fin, habrá que estudiarlo; como he dicho, hoy el terreno estaba demasiado seco para mi gusto, lo que ha originado que no subiera con las mismas sensaciones que el sábado pasado, pese a que finalmente no ha habido ningún contratiempo; ¿que por qué asusta tanto el Mirlo?; jajajajajajaja; la respuesta la podréis encontrar en el relato que os enlazo, En el Mirlo hay algo; jajajajajaja; "oye, oye ... ¿pero eso llegó a pasar de verdad?"; jajajajajajajajaj; "¡¡¡¡madre mía, como sea cierto!!!!!!!"; jajajajajajaja; ándate con vista, para por si acaso.


Sonriente tras superar las durísimas rampas del Mirlo

La cosa iba bien; el tiempo era incluso bastante mejor que el que marcaba el Garmin, aunque sabía que me debería reservar ya que aún quedaba lo más complicado; "¿cómorrrrrrr?"; lo que oyes; tras superar el Mirlo me he dirigido hacia la siguiente dificultad, las rampas del Jabalí, para lo cual un poco antes de llegar a la carretera he girado por el dura subida que conduce a la "zona ociosa"; supongo que la mayoría me entiende; casi he tenido que ir sorteando profilácticos, muchos de éllos con unos llamativos colores; cuando he empezado a subir las rampas del Jabalí he notado que no iba todo lo bien que hubiera deseado; lo he achacado nuevamente a la rueda trasera, que seguía frenada, aunque en el fondo sabía que mis 7 arrobas de peso también tenían mucho que ver; he subido con mucha parsimonia, marcando a media distancia a un bíker que seguro que iba mucho peor que yo; en fin ...

En la cima del Jabalí

Tal y como se aprecia en la foto de más arriba, eran las 9:25 horas, lo que indicaba que iba muy bien de tiempo, teniendo en cuenta que había salido a las 8:00 horas y lo que ya me había metido en el chaleco; pero quedaba más; quedaba mucho más; por de pronto, la siguiente dificultad era la torre de vigilancia de La Creu d'Olorda, a donde hacía ya algún tiempo que no subía; antes de encaminarme hacia ella, como he dicho, he tenido que vencer la tentación de quedarme a almorzar en el bar de Santa Creu, como el sábado pasado; si hubiera estado Miguel (ón), seguro que me hubiera convencido; el terreno hacia la torre de vigilancia no me ha gustado nada; estaba demasiado seco y demasiado pedregoso, lo que ha dificultado enormemente la ascensión, nada fácil por otra parte; me he cruzado con un par de bíkers que bajaban escopeteados, lo cual me indicaba que se podía subir; jeje; obviamente lo he hecho, aunque he llegado cansado; más cansado de lo que hubiera deseado; por eso me he relajado en la Creu y he comido y me he hidratado convenientemente, ya que sabía que la siguiente dificultad estaba al doblar la esquina, como aquel que dice ...


 En la Creu d'Olorda, con muestras de cansancio

  En la cima de la torre de vigilancia he intentado recuperarme pensando que en la bajada me podría recuperar del todo; puede que así haya sido, aunque no estoy muy seguro, ya que en cuanto he llegado a la explanada de la Sanson y me he desviado por el GR he comenzado ya por un terreno pestoso que te deja fino, aunque en este caso con clara tendencia ascendente; enseguida me he visto metido de lleno en las rampas de la zona de la circunvalación, que bien podrían haber sido tratadas como una dificultad más debido a su dureza, con foto incluida; pero no había tiempo para más, ya que tras una ligera bajada, he llegado al pie de una nueva dificultad que también me asustaba bastante, el famoso Matamachos de Can Ferriol, no solo por su dureza sino por el mal estado en que presumiblemente se encontraría el terreno;  este matamachos no tiene nada que ver con el del Garraf, aunque podrían ir de la mano; pensaba que el terreno estaría muy seco y pedrogoso, aunque en este caso no de forma exagerada; he subido, no sin dificultad, e incluso me he permitido pasar a una pareja de bíkers que iban rezumando como fieras; cuando he llegado arriba, al final de las rampas más espeluznantes, sabiendo que aún me quedaba un tramo hasta llegar al final en la carretera, me he parado para tirar la acostumbrada foto; ahí va.

En el Matamachos, tras superar 
las rampas más espeluznantes 

Bueno, bueno ... ahora ya si que podemos decir que me había zampado un buen repertorio de impresionantes rampas, a cual más dura; ahora sí que sabía que podría tomarme un descanso ya que la próxima dificultad era ... el Cabestro; ¡¡¡mamma mía!!!; no he querido pensar mucho en ello, entre otra cosas, porque aún tardaría un poco en llegar a él; ahora debía centrarme en un par de trialeras bastante complicadas, aunque en bajada, que no tardarían en presentarse; cuando he llegado a la carretera de Vallvidrera he introducido una variante respecto al itinerario original; en este debía seguir por la misma carretera, girando a la derecha, hasta llegar a la Trialera de la Feixera, en el Bosc Llarg, de infausto recuerdo para mí debido a que hace ya algo de tiempo me pegué una buena nata en ella; en esta ocasión lo que he hecho ha sido girar a la izquierda con dirección a la estación eléctrica que encontramos a la altura de la explanada de Santa Creu; en dicha estación he tomado la Trialera de la Creu, aunque en subida, la cual me ha dejado nuevamente en la propia carretera; tras transitar por ésta brevemente me he desviado otra vez para tomar la Trialera del R8, que ya ha desaparecido, lo cual me ha aproximado aún más a mi destino, muy cerca de la Sargantana; nuevamente he continuado por la carretera dejando atrás el cruce de Can Pascual, y al poco tiempo he girado ya para bajar por la Trialera de la Feixera, en el Bosc Llarg; se trata de una trialera de fuerte bajada, con infinidad de escalones y piedras, que te pone los güitos de corbata; como he dicho, en ella me di una buena nata, dando una vuelta en el aire, aunque sin consecuencias; pero hoy no; hoy he bajado bien, si bien con muchas precauciones debido a que el terreno se encontraba peor que nunca; cuando he llegado abajo, me he dirigido hacia el Coll de les Torres (la Salud), en donde he parado.

  En el Coll de les Torres (la Salud)

Rápidamente me he dirigido hacia la zona de la Penya del Moro, aunque en esta ocasión, tal y como estaba previsto, lo he hecho por la zona del Turó de la Coscollera, que enlaza con la del Turó Rodó; pese a que al principio se debe superar una rampa de cierta consideración, luego lo compesaremos con creces cuando lleguemos a la Trialera del Turó Rodó; se trata de una preciosa trialera en la cima del turó, con unas vistas impresionantes, aunque no exenta de dificultades técnicas; la he bajado bien, sin incidencias, y eso me ha permitido llegar a la zona de la Penya del Moro, en donde aún he tenido tiempo de tomar la que conocemos como Trialera del Moro; ahora sí que no he podido dejar de pensar en el Cabestro; me iba acercando a él sin remedio; hubo un tiempo en que un pagés, el viejo Borrachera, premiaba a todo aquél que lograra subir sus rampas imposibles con una comida, y cuenta la leyenda que jamás tuvo necesidad de invitar a nadie; con eso está todo dicho; un servidor tuvo oportunidad de recrearse con esta leyenda escribiendo un largo y fantástico relato que títulé "Si me pierdo ... no me busquéis en el Cabestro (no digas que fue un sueño)"; os he dejado el enlace por si alguno se atreve con él, aunque ya os aviso de que es largo; se trata del Capítulo II, que va a continuación del relato del Mirlo; una vez he alcanzado la Salud y he girado a la derecha con dirección al Cabestro, sabía que ya nada podía hacer ... tan solo intentar subirlo sin desfallecer; poco antes de iniciar ya sus primeras rampas, las más suaves, he tenido que volver a parar al notar nuevamente que la rueda trasera iba demasiado frenada; casi ni giraba; lo único que he podido hacer ha sido aflojar uno de los tornillos del eje y montarla torcida para intentar centrar lo máximo posible el disco entre las pastillas; parece que ha funcionado algo, aunque sabía que en cuanto frenara, todo se iría al carajo; lo bueno es que subiendo el Cabestro uno no tiene ninguna necesidad de frenar; he podido subir; ¿seguro?; ya ni me acuerdo; jajaja; pero lo que si es cierto es que el terreno estaba impracticable, con infinidad de piedras que imposibilitaba ir encima de la bici; he llegado arriba temblando; incluso amenazaba lluvia, lo cual me hubiera venido fenomenal; ni siquiera acertaba poniendo el móvil en posición para hacer una foto de recuerdo ... aunque algo parece que ha salido.

      Tras subir por el Cabestro

¿Que qué es mas duro, el Mirlo o el Cabestro?; vamos a ver, las rampas del Mirlo son en su conjunto más duras y más largas; las del Cabestro son más llevaderas hasta que llegas a la rampa final, justo un poco antes del cruce que conduce a la Font del Broll; en esta zona no puedes cometer ni el más mínimo error, por pequeño que sea, ya que no tienes opción a rectificar; además el terreno está mucho peor que en el Mirlo; en fin, quien los pruebe que opine; y a todo esto he llegado nuevamente a la Salud, más concretamente a la "doble curva"; ahora ya sí que puedo confesar que iba mal; el Cabestro me había rematado; he subido nuevamente hasta el Coll de les Torres como he podido, temblando y ya sin agua; sabía que el terreno que me quedaba para finalizar la etapa era ya bastante llevadero ... al menos sobre el papel; me he dirigido hacia Can Cuiàs, bajando por el Atajo del Cojo, el cual hacía ya tiempo que no tomaba, y nuevamente he podido comprobar que el terreno demasiado seco en las bajadas fuertes no nos va bien; he bajado un buen tramo con el freno trasero clavado y controlando con el delantero, derrapando, aunque sin incidencias de ningún tipo; he tomado a continuación la Trialera de Can Cuiàs, la paralela a la carretera, bastante justito ya la verdad, y rápidamente me he dirigido por la pista de Can Cuiàs que conduce a Vallvidrera hacia la zona del mirador del Turó d'en Cors, en donde tras subir una rampa inicial, he tomado una trialera por la que hacía años que no pasaba; creo que le pusimos el nombre de la Trialera del Turó d'en Cors; es impresionante, aunque muy técnica; enlaza con la trialera que va desde Can Cuiàs a la zona de la Plaza Mireia, pasando cerca de la Font del Ferro; hacia allí me he dirigido yo totalmente deshidratado; cuando he llegado a la Plaza Mireia, después de subir las impresionantes rampas finales, algunas incluso no ciclables, no he tenido más remedio que parar en una fuente para refrescarme; aquí está la prueba,

 En la Font de la Plaza Mireia

Me quedaba una última dificultad: la subida de Can Vilà (los ponys), y allá que me he dirigido sin perder más tiempo, ya que quería finalizar de una vez esta etapa; antes de llegar a la pista principal que conduce a Can Vila, he tenido la oportunidad de bajar por la Trialera de las Raíces, por la que también hacía bastante tiempo que no bajaba, aunque el disfrute siempre sea el mismo; en esta ocasión había que bajar con algo más de precaución por el estado del terreno; cuando he llegado a la pista principal, me han dado ganas de continuar hacia Can Pedrosa para finalizar la etapa lo más pronto posible, olvidándome de la subida de Can Vilá (los ponys), aunque finalmente he querido terminar esta etapa para no tener que repetirla, el menos de momento, a pesar de ir ya bajo mínimos,

La subida de Can Vilá (los ponys),
la última dificultad de la jornada

Nuevamente he llegado a la zona de la Penya del Moro, yendo por su pista principal con dirección a Mas Lluhí, en Sant Feliu, aunque antes de eso aún he tenido tiempo de tomar la Trialera de las Piedras que enlaza con "el bosquecillo", desde donde he llegado a la pista de Salud a la altura de la ermita, poniendo ya rumbo a casa por la carretera nacional (el carril bici, jeje); y colorín colorado ...

De vuelta en Molins de Rei, en donde he 
coincidido con mi hermano Pepe y Jordi

Datos técnicos:

Preciosa y dura etapa que hoy, por fin, he podido terminar en su totalidad; la hemos iniciado en el Parque de las Palmeras de Molins de Rei, desde donde nos hemos dirigido hacia la "trialera clásica del Instituto", que hemos subido hasta finalizar en la pista que conduce a la masía de Can Barza y Can Tintorer; hemos continuado hasta llegar a la carretera de Valvidrera por la pista principal, llegando a la altura de Sant Bartomeu de la Quadra, bajando por la pista de gravilla que conduce a la masía de Can Planas, si bien hemos tomado el sendero de la derecha que finaliza a la altura del salto de agua, continuando por la Rierada con dirección a Can Campmany (las 3 Ollas), desde donde nos hemos dirigido hacia el Mirlo, tomando brevemente la pista asfaltada; tras superar al Mirlo y llegar nuevamente a la carretera de Vallvidrera, hemos cruzado ésta a la altura de Can Campmany para dirigirnos hacia el Jabalí, por donde hemos subido y hemos llegado a la explanada de Santa Creu d'Olorda, continuando nuestro itinerario con dirección a la torre de vigilancia de la Creu d'Olorde, a donde hemos subido para bajar a continuación con dirección a la carretera de la Sanson, tomando a su finalización el desvío que conduce a la explanada de Can Ferriol, desviándonos un poco antes de llegar a la masía por lo que conocemos como la circunvalación, lo cual nos ha dejado al pie del Matamachos, que hemos subido, llegando así a la carretera de Vallvidrera, por la cual hemos transitado girando a la izquierda hasta desviarnos a la altura de la estación eléctrica para subir por la Trialera de Santa Creu, enlazando posteriormente con la del R8, la cual nos ha devuelto nuevamente a la carretera de Vallvidrera, por la cual hemos continuado pasando por Can Pascual; nosotros hemos continuado en esta ocasión por la propia carretera hasta desviarnos para tomar la Trialera de la Feixeda, en el Bosc Llarg, y dirigiéndonos después al Coll de les Torres (la Salud), para continuar con dirección a la zona de la Penya del Moro, aunque yendo en esta ocasión por la zona del Turó de la Coscollera y el Turó Rodó, tomando aquí la Trialedra del Turó Rodó que nos he dejado en la zona de la Penya del Moro, continuando por la pista principal hasta llegar a la ermita de la Salud y la propia Salud por la zona de las palomas; una vez en la Salud nos hemos dirigido hacia arriba, desviándonos a la derecha  al cabo de poco tiempo para tomar la pista del Cabestro y llegando por ella nuevamente a la Salud, a la altura de la doble curva; hemos continuado por la pista principal de la Salud hasta llegar nuevamente al Coll de les Torres, desde donde nos hemos dirigido a Can Cuiàs por la Trialera de este mismo nombre, bajando por el Atajo del Cojo; desde la explanada de Can Cuiàs nos hemos dirigido por la pista principal al mirador del Turó d'em Cors, cruzando finalmente la carretera para tomar la Trialera del Turó d'en Cors que nos ha llevado a la Plaza Mireia, pasando cerca de la Font del Ferro; desde la Plaza Mireia nos hemos dirigido a Can Vilà (los ponys), si bien antes de llegar a la pista principoal hemos bajado por la Trialera de las Raíces; después nos hemos desviado por Can Vilà (los ponys) para subir por la pista hasta llegar otra vez a la zona de la Penya del Moro, continuando por ella con dirección a Mas Lluhí, en Sant Feliu de Llobregat, a donde hemos llegado a través de la Trialera de las Piedras y "el bosquecillo"; una vez en Mas Lluhí, emprenderemos el regreso a Molins de Rei por la carretera nacional.

La orografía de la etapa

Se trata de una etapa durísima, ya que en 50 km de distancia subiremos una rampa tras otra hasta acumular más de 1.700 m de altitud;  lo más duro sería la trialera clásica del Instituto en subida, el Mirlo, el Jabalí, el acceso a la torre de vigilancia de la Creu d'Olorda, el Matamachos de Can Ferriol, el Cabestro, ...

El itinerario de la etapa

Índice I.B.P. 144 (dureza extrema)

sábado, 5 de julio de 2014

Salida del 05-07-2014: Patrullando por Collserola (las trialeras del Patxarán y la del Mirlo)

Miguel (ón) y un servidor en el Mirlo

Trayecto 128
05-07-2014

Patrullando por Colleserola
(las trialeras del Patxarán y del Mirlo)

Duración: desde las 8:00 a las 12:00 horas
Tiempo de pedaleo: 2:15:59
Climatología: despejado; calor; humedad
Terreno: seco; en perfectas condiciones
Distancia: 27,39 km a una media de 12,1 km/h
Altitud acumulada: 748 m

Grupo:


 Miguel (ón) y un servidor

Crónica:

Nuevamente nos hemos visto obligados a variar los planes iniciales; habíamos previsto realizar hoy la etapa que hemos denominado "il grande etapone" (el gran etapón), una escalofriante etapa por Collserola de poco más de 50 km de distancia y casi 2.500 m de altitud acumulada; con esa intención había convocado al personal durante la semana para hoy-sábado sabiendo de antemano que tan solo Miguel (ón) aceptaría el reto; hemos salido a las 8:00 de la mañana; no había necesidad de madrugar mucho más; la etapa, según el track que había confeccionado, nos llevaría unas 5 horas, por lo que era previsible que finalizáramos a eso de 13:30-14:00 horas; antes de empezarla, Miguel (ón) me había dicho que debía ir a recoger material de trabajo a un almacén de Cornellá antes de las 13:30 horas, la hora de cierre, lo cual significaba que debíamos estar en Molins de Rei de vuelta como mucho a las 13:00 horas, finalizando la etapa en menos de 5 horas; y con esa intención hemos salido; enseguida nos hemos enfrentado con nuestra primera dificultad: la trialera clásica del Instituto, en subida; pese a su impresionante dureza, la hemos subido bien, aunque no lo suficiente; íbamos perdiendo algo de tiempo en relación con el que teníamos previsto en el Garmin, aunque de momento no he comentado nada; hemos continuado con la salida llegando a la Rierada, tras bajar por la pista de gravilla que finaliza en Can Planas, y enseguida nos hemos enfrentado a nuestra segunda dificultad: el Mirlo; como siempre, a medida que nos íbamos acercando, íbamos temblando de miedo, aunque cuando hemos empezado a subir sus primeras rampas nos hemos alegrado enormemente del buen estado en que se encontraba el suelo; antes de iniciar el ascenso hemos tenido la precaución de deshinchar un poco las ruedas con la intención de que se agarraran bien, sin derrapar, lo cual, como veremos, ha sido un acierto total; habíamos quedado en intentar subir juntos, aunque sabíamos que eso era imposible, ya que en el Mirlo uno no puede escoger el ritmo de subida, sino pensar tan solo en subir, sin volver la vista atrás; yo me he puesto primero y he empezado a tirar, sorprendido por la facilidad con que iba subiendo, motivado por al estado del terreno y el agarre de las ruedas, y seguramente además de por mi estado de forma; cuando he llegado arriba, me he bajado de la bici con la intención de esperar a Miguel (ón) ya que pensaba que tardaría en llegar, encontrándome con la sorpresa de que el bueno de Miguel (ón) venía a escasamente unos metros de mí, con una sonrisa de oreja a oreja que indicada el excelente estado de formas en el que se encuentra; él mismo no ha dudado en reconocer que ha sido la vez que mejor había subido; al cabo de un rato hemos continuado, si bien hemos tenido que retroceder porque se nos olvidaba algo: la foto; ahí va.

     Miguel (ón) y un servidor con cara de satisfacción
tras haber superado las rampas del Mirlo

Estábamos contentos, aunque yo ya empezaba a sospechar que no podríamos terminar la etapa por falta de tiempo; me arrepentía de no haber propuesto salir una hora antes; rápidamente nos hemos dirigido a una nueva dificultad: las rampas del Jabalí, que igualmente hemos superado como si tal cosa, llegando rápidamente a la explanada de Santa Creu d'Olorda; desde ahí debíamos dirigirnos a la torre de vigilancia de la Creu d'Olorda, pero el caso es que el Garmin me indicaba que la hora de llegada a casa sería las 13:45; no he querido engañar más a nuestro amigo y se lo he dicho; nos quedaban dos alternativas: continuar con la etapa, sabiendo que no podríamos terminarla o aprovechar que era 5 de julio para irnos a almorzar al bar de Santa Creu de toda la vida, al cual hacía una eternidad que no íbamos; finalmente, tras hablarlo pausadamente, esta ha sido la opción que se ha impuesto, con lo cual hemos abortado la salida y nos hemos ido a almorzar; aquí está la prueba.

Almorzando en el bar de Santa Creu

Cuando hemos terminado de almorzar, y dado que ahora lo que nos sobraba era algo de tiempo, le he propuesto a Miguel (ón) continuar nuestra salida patrullando por Collserola para intentar localizar algunos senderos o trialeras inéditos, tal y como antaño un servidor hacía en compañía de Justo; el bueno de Miguel (ón), que últimamente nunca dice que no, se ha prestado a ello, por lo que nos hemos dirigido a un sendero que hacía mucho tiempo que tenía ganas de investigar y que tiene su origen en la carretera de Vallvidrera con dirección a Molins, a la altura misma de la trialera de Can Campmany ("la que cruza la carretera"); menudo sorpresón nos hemos llevado; se trata de un sendero precioso, no exento de cierta dificultad, y más largo "que un día sin pan"; a mitad de recorrido del mismo tiene una escapatoria hacia la propia carretera, de la que se queda a escasamente unos metros, aunque nosotros hemos continuado girando en sentido inverso hasta el final, para "ver que pasaba"; y lo que ha pasado es que el sendero ha continuado estrechándose, con alguna que otra zarza que nos iba afeitando las patas por el camino, aunque ciclable, pese a que en algún momento hemos tenido que rectificar sobre la marcha; después de mucho tiempo y dentro de un paisaje impresionante hemos llegado a la masía de Can Rocamora, en donde parecía que finalizaba el sendero, salvo en el supuesto que continuáramos cruzando la propia masía hasta llegar a la propia carretera, cosa que no nos apetecía nada ante los ladridos de un perro y al tratarse de una propiedad privada; por eso hemos continuado por el sendero siguiendo las indicaciones del Garmin que lo marcaba con una línea discontínua que indica dificultad; y efectivamente así ha sido; durante unos instantes hemos seguido los indicadores terrestres de la línea eléctrica hasta llegar a un torrente de bajada algo peligrosa; dado que desde arriba no podíamos saber si el sendero continuaba, hemos decidido dar la vuelta, dejándolo para otra ocasión; en el camino Miguel (ón) ha descubierto lo que el decía que era la planta del patxarán, con sus correspondientes frutos en forma de bolas que hemos saboreado; enseguida se nos ha ocurrido un nombre: la "trialera del Patxarán", y así se va a quedar salvo que a alguien se le ocurra un nombre mejor; hemos vuelto nuevamente a la masía de Can Rocamora y hemos continuado por una pista que conducía a la carretera, con la única salvedad que al final había una puerta metálica que nos impedía el paso y que nos ha obligado a ganar la propia carretera dando un rodeo campo a través, entre matorrales, lo cual nos ha dejado las piernas guapas de arañazos; [la trialera vale la pena; ya en casa he podido comprobar que tras el barranco que nos ha hecho retroceder, continuaba hasta enlazar con la pista de Can Campmany; el próximo día lo comprobaremos] .

Tras alcanzar la carretera, nuestra investigación se ha centrado en el Mirlo, ya que un servidor sabía que además de la pista que tomamos en la propia carretera y que conduce hasta las rampas del propio Mirlo, existe un sendero trialero muy técnico que conduce desde la propia carretera hasta el inicio de las rampas; no sabía muy bien en donde se cogía, aunque hace unos 3 o 4 años investigando la zona tomé un sendero a media Siberia que me llevó directamente al Mirlo; pensaba que se trataba del mismo sendero, con alguna bifurcación; justo antes de iniciar la bajada lo hemos tomado y lo hemos ido siguiendo; en verdad se trata de un sendero técnico precioso, algo cerrado pero increíble, aunque en subida, que finaliza exactamente en la propia carretera, frente a Can Campmany, que es en donde en el futuro deberemos tomarlo para hacerlo de bajada; la diversión está asegurada; de momento y hasta que encontremos un nombre mejor, lo vamos a conocer como la Trialera del Mirlo; también vale la pena.

Después de esto hemos bajado nuevamente por el Mirlo con la intención de descubrir otro sendero que me consta que comunica con la pista que tomamos para dirigirnos al puente de la Siberia, tras bajar una vez superada la pista asfaltada que encontramos enfrente mismo de las 3 Ollas y que conocemos como el Mortirolo; ese mismo sendero comunica con la primera masía que encontramos bajando por aquí; lo hemos tenido que dejar, ya que el terreno se cerraba peligrosamente, lleno de zarzas, dado que Miguel (ón) tenía las patas como un mapa. Aquí prácticamente hemos puesto punto y final a esta etapa, dirigiéndonos a Molins de Rei por el camino de costumbre de la Rierada; aún hemos tenido tiempo de tomarnos una última cerveza.


En la Granja El Pilar una vez finalizada la etapa

Datos técnicos:

Preciosa y dura etapa que nos ha servido para descubrir dos bonitas trialeras: la del Patxarán y la del Mirlo; la hemos iniciado en el Parque de las Palmeras de Molins de Rei, desde donde nos hemos dirigido hacia la "trialera clásica del Instituto", que hemos subido hasta finalizar en la pista que conduce a la masía de Can Barza y Can Tintorer; hemos continuado hasta llegar a la carretera de Valvidrera por la pista principal, llegando a la altura de Sant Bartomeu de la Quadra, bajando por la pista de gravilla que conduce a la masía de Can Planas y continuando por la Rierada con dirección a Can Campmany (las 3 Ollas), desde donde nos hemos dirigido hacia el Mirlo, tomando brevemente la pista asfaltada; tras superar al Mirlo y llegar nuevamente a la carretera de Vallvidrera, hemos cruzado ésta a la altura de Can Campmany para dirigirnos hacia el Jabalí, por donde hemos subido y hemos llegado a la explanada de Santa Creu d'Olorda, continuando nuestro itinerario por la propia carretera con dirección a Molins, si bien nos hemos desviado a la izquierda, a la altura de la trialera de Can Campmany ("la que cruza la carretera") para tomar la trialera nueva del Patxarán, la cual nos ha dejado, después de mucho tiempo, en la masía de Can Rocamora, por donde hemos enlazado otra vez con la carretera a la altura de la Siberia; hemos continuado por la carretera hasta desviarnos por la pista que conduce al Mirlo, aunque un poco antes de llegar a sus rampas hemos tomado un bonito sendero técnico que nos ha llevado en subida nuevamente a la carretera, dirigiéndonos otra vez al Mirlo y bajando por el mismo hasta llegar a Can Castellví (las 3 Ollas), desde donde hemos iniciado el regreso a Molins de Rei por la Rierada, poniendo fin a esta salida.

La orografía de la etapa

Se trata de una etapa muy dura; en poco más de 25 km subimos 740 m; eso lo dice todo; su I.B.P. es de 70; lo más duro sería la trialera clásica del Instituto en subida, el Mirlo y el Jabalí, además de otras zonas rompepiernas.


El itinerario de la etapa


Índice I.B.P. 70 (normal)