Un servidor en El Jabalí
Trayecto 129
12-07-2014
"il grande etapone"
(el gran etapón)
Duración: desde las 8:00 a las 14:00 horas
Tiempo de pedaleo: 4:15 horas
Climatología: nubes y claros; calor; humedad
Terreno: seco; en perfectas condiciones
Distancia: 49,33 km a una media de 11,6 km/h
Altitud acumulada: 1.717 m
Un servidor
Crónica:
Hoy sí; llevaba mucho tiempo detrás de esta etapa, aunque no he intentado hacerla muchas veces; de hecho hoy era la tercera vez; hace unos tres años intentamos terminarla Manolo (Bione), José Martín y un servidor, pero finalmente, debido a la calor, decidimos suspenderla a medio camino; la última vez que lo intenté fue precisamente el sábado pasado-día 5 junto con Miguel (ón), y tampoco esa vez pudimos terminarla debido a asuntos de trabajo de nuestro amigo; en aquello ocasión me prometí que a la primera oportunidad que tuviera lo intentaría nuevamente, aunque fuera en solitario; y esa oportunidad se ha presentado hoy; lo que ocurre es que será la última dado que la semana próxima volveré ya a la rutina de salidas con la flaca, destinando el sábado a la salida larga por carretera; pues nada, dicho lo dicho, y para no cansar demasiado al personal, vamos a ver cómo se ha desarrollado esta durísima salida; ayer por la noche lancé al WatsApp esta salida, con el propósito de que alguien se apuntara; pero esta vez no ha habido suerte; ni siquiera Miguel (ón), seguramente debido a otras ocupaciones; tan solo Manolo (Bione), aún convaleciente de su caída, estaba predispuesto a venir; finalmente casi he tenido que convencerle para que no viniera debido a la tremenda dureza de esta salida para no afectar a su recuperación; finalmente he salido solo; a las 8:00 horas; no hacía falta salir antes; la verdad es que no estoy en mi mejor momento, ya que desde mi participación en la QH, además de limitar muchísimo mis salidas, zampo como un descosío; ahora mismo peso casi 7 arrobas, y eso se nota; la verdad es que a primera hora no lo he notado mucho, aunque a medida que iba transcurriendo el tiempo me iba desengañando; casi he tenido la misma idea que tuvimos Miguel (ón) y un servidor el pasado sábado e irme a almorzar a Sant Creu; menos mal que no lo he hecho, de lo cual le alegro; la primera gran dificultad del día, como ya sabemos, era la Trialera del Instituto ... en subida, claro está; hoy he encontrado el terreno mucho más seco que el sábado pasado y, por tanto, mucho más pesado; al menor descuido, la rueda trasera patinaba, y eso que la llevaba con muy poca presión; notaba que no iba fino del todo; cuando he terminado de subir por aquí, incluso he parado para examinar la bici, ya que no era normal que subiera tan atrancao; enseguida me ha dado cuenta de que la rueda trasera iba totalmente frenada debido a que las pastillas estaban prácticamente gastadas; de hecho iba frenando metal sobre metal, con un ruido infernal; seguramente tendré que cambiar el disco; no he podido hacer nada por solucionarlo debido a que no llevaba llaves allen, lo que me hubiera permitido poner detrás una de las pastillas de la rueda delantera; en fin, todo esto, como ya sabemos, hay que hacerlo en casa, por lo que no he tenido más remedio que continuar ... tras la foto para el recuerdo.
Aquí estoy en el cruce que se dirige a Can Ribes, tras
superar las rampas de la Trialera clásica del Instituto
Superar esta primera dificultad me ha alegrado bastante, ya que significaba que estaba metido en verea y, lo más importante, porque había superado las fortísimas rampas finales de esta trialeras; la siguiente dificultad era el Mirlo que, como sabemos, no deja indiferente a nadie; he seguido el itinerario previsto para esta salida, coincidente en estos primeros momentos con el que llevamos Miguel (ón) y un servidor en la salida del sábado pasado, con la única diferencia de que, una vez en la pista de gravilla que conduce a Can Planas, me he desviado a la derecha tomando el sendero de subida incluido en la Transiberiana, y que nos lleva directamente a la Rierada, aunque deberemos cruzar al final la propia riera, cosa que he hecho; enseguida he llegado a las impresionantes rampas del Mirlo; ni siquiera he podido ver el porcentaje de las mismas ya que, sorprendentemente, el Garmin cuando llegaba al 20% dejaba de marcar; en fin, habrá que estudiarlo; como he dicho, hoy el terreno estaba demasiado seco para mi gusto, lo que ha originado que no subiera con las mismas sensaciones que el sábado pasado, pese a que finalmente no ha habido ningún contratiempo; ¿que por qué asusta tanto el Mirlo?; jajajajajajaja; la respuesta la podréis encontrar en el relato que os enlazo, En el Mirlo hay algo; jajajajajaja; "oye, oye ... ¿pero eso llegó a pasar de verdad?"; jajajajajajajajaj; "¡¡¡¡madre mía, como sea cierto!!!!!!!"; jajajajajajaja; ándate con vista, para por si acaso.
Sonriente tras superar las durísimas rampas del Mirlo
La cosa iba bien; el tiempo era incluso bastante mejor que el que marcaba el Garmin, aunque sabía que me debería reservar ya que aún quedaba lo más complicado; "¿cómorrrrrrr?"; lo que oyes; tras superar el Mirlo me he dirigido hacia la siguiente dificultad, las rampas del Jabalí, para lo cual un poco antes de llegar a la carretera he girado por el dura subida que conduce a la "zona ociosa"; supongo que la mayoría me entiende; casi he tenido que ir sorteando profilácticos, muchos de éllos con unos llamativos colores; cuando he empezado a subir las rampas del Jabalí he notado que no iba todo lo bien que hubiera deseado; lo he achacado nuevamente a la rueda trasera, que seguía frenada, aunque en el fondo sabía que mis 7 arrobas de peso también tenían mucho que ver; he subido con mucha parsimonia, marcando a media distancia a un bíker que seguro que iba mucho peor que yo; en fin ...
En la cima del Jabalí
Tal y como se aprecia en la foto de más arriba, eran las 9:25 horas, lo que indicaba que iba muy bien de tiempo, teniendo en cuenta que había salido a las 8:00 horas y lo que ya me había metido en el chaleco; pero quedaba más; quedaba mucho más; por de pronto, la siguiente dificultad era la torre de vigilancia de La Creu d'Olorda, a donde hacía ya algún tiempo que no subía; antes de encaminarme hacia ella, como he dicho, he tenido que vencer la tentación de quedarme a almorzar en el bar de Santa Creu, como el sábado pasado; si hubiera estado Miguel (ón), seguro que me hubiera convencido; el terreno hacia la torre de vigilancia no me ha gustado nada; estaba demasiado seco y demasiado pedregoso, lo que ha dificultado enormemente la ascensión, nada fácil por otra parte; me he cruzado con un par de bíkers que bajaban escopeteados, lo cual me indicaba que se podía subir; jeje; obviamente lo he hecho, aunque he llegado cansado; más cansado de lo que hubiera deseado; por eso me he relajado en la Creu y he comido y me he hidratado convenientemente, ya que sabía que la siguiente dificultad estaba al doblar la esquina, como aquel que dice ...
En la Creu d'Olorda, con muestras de cansancio
En la cima de la torre de vigilancia he intentado recuperarme pensando que en la bajada me podría recuperar del todo; puede que así haya sido, aunque no estoy muy seguro, ya que en cuanto he llegado a la explanada de la Sanson y me he desviado por el GR he comenzado ya por un terreno pestoso que te deja fino, aunque en este caso con clara tendencia ascendente; enseguida me he visto metido de lleno en las rampas de la zona de la circunvalación, que bien podrían haber sido tratadas como una dificultad más debido a su dureza, con foto incluida; pero no había tiempo para más, ya que tras una ligera bajada, he llegado al pie de una nueva dificultad que también me asustaba bastante, el famoso Matamachos de Can Ferriol, no solo por su dureza sino por el mal estado en que presumiblemente se encontraría el terreno; este matamachos no tiene nada que ver con el del Garraf, aunque podrían ir de la mano; pensaba que el terreno estaría muy seco y pedrogoso, aunque en este caso no de forma exagerada; he subido, no sin dificultad, e incluso me he permitido pasar a una pareja de bíkers que iban rezumando como fieras; cuando he llegado arriba, al final de las rampas más espeluznantes, sabiendo que aún me quedaba un tramo hasta llegar al final en la carretera, me he parado para tirar la acostumbrada foto; ahí va.
En el Matamachos, tras superar
las rampas más espeluznantes
Bueno, bueno ... ahora ya si que podemos decir que me había zampado un buen repertorio de impresionantes rampas, a cual más dura; ahora sí que sabía que podría tomarme un descanso ya que la próxima dificultad era ... el Cabestro; ¡¡¡mamma mía!!!; no he querido pensar mucho en ello, entre otra cosas, porque aún tardaría un poco en llegar a él; ahora debía centrarme en un par de trialeras bastante complicadas, aunque en bajada, que no tardarían en presentarse; cuando he llegado a la carretera de Vallvidrera he introducido una variante respecto al itinerario original; en este debía seguir por la misma carretera, girando a la derecha, hasta llegar a la Trialera de la Feixera, en el Bosc Llarg, de infausto recuerdo para mí debido a que hace ya algo de tiempo me pegué una buena nata en ella; en esta ocasión lo que he hecho ha sido girar a la izquierda con dirección a la estación eléctrica que encontramos a la altura de la explanada de Santa Creu; en dicha estación he tomado la Trialera de la Creu, aunque en subida, la cual me ha dejado nuevamente en la propia carretera; tras transitar por ésta brevemente me he desviado otra vez para tomar la Trialera del R8, que ya ha desaparecido, lo cual me ha aproximado aún más a mi destino, muy cerca de la Sargantana; nuevamente he continuado por la carretera dejando atrás el cruce de Can Pascual, y al poco tiempo he girado ya para bajar por la Trialera de la Feixera, en el Bosc Llarg; se trata de una trialera de fuerte bajada, con infinidad de escalones y piedras, que te pone los güitos de corbata; como he dicho, en ella me di una buena nata, dando una vuelta en el aire, aunque sin consecuencias; pero hoy no; hoy he bajado bien, si bien con muchas precauciones debido a que el terreno se encontraba peor que nunca; cuando he llegado abajo, me he dirigido hacia el Coll de les Torres (la Salud), en donde he parado.
En el Coll de les Torres (la Salud)
Rápidamente me he dirigido hacia la zona de la Penya del Moro, aunque en esta ocasión, tal y como estaba previsto, lo he hecho por la zona del Turó de la Coscollera, que enlaza con la del Turó Rodó; pese a que al principio se debe superar una rampa de cierta consideración, luego lo compesaremos con creces cuando lleguemos a la Trialera del Turó Rodó; se trata de una preciosa trialera en la cima del turó, con unas vistas impresionantes, aunque no exenta de dificultades técnicas; la he bajado bien, sin incidencias, y eso me ha permitido llegar a la zona de la Penya del Moro, en donde aún he tenido tiempo de tomar la que conocemos como Trialera del Moro; ahora sí que no he podido dejar de pensar en el Cabestro; me iba acercando a él sin remedio; hubo un tiempo en que un pagés, el viejo Borrachera, premiaba a todo aquél que lograra subir sus rampas imposibles con una comida, y cuenta la leyenda que jamás tuvo necesidad de invitar a nadie; con eso está todo dicho; un servidor tuvo oportunidad de recrearse con esta leyenda escribiendo un largo y fantástico relato que títulé "Si me pierdo ... no me busquéis en el Cabestro (no digas que fue un sueño)"; os he dejado el enlace por si alguno se atreve con él, aunque ya os aviso de que es largo; se trata del Capítulo II, que va a continuación del relato del Mirlo; una vez he alcanzado la Salud y he girado a la derecha con dirección al Cabestro, sabía que ya nada podía hacer ... tan solo intentar subirlo sin desfallecer; poco antes de iniciar ya sus primeras rampas, las más suaves, he tenido que volver a parar al notar nuevamente que la rueda trasera iba demasiado frenada; casi ni giraba; lo único que he podido hacer ha sido aflojar uno de los tornillos del eje y montarla torcida para intentar centrar lo máximo posible el disco entre las pastillas; parece que ha funcionado algo, aunque sabía que en cuanto frenara, todo se iría al carajo; lo bueno es que subiendo el Cabestro uno no tiene ninguna necesidad de frenar; he podido subir; ¿seguro?; ya ni me acuerdo; jajaja; pero lo que si es cierto es que el terreno estaba impracticable, con infinidad de piedras que imposibilitaba ir encima de la bici; he llegado arriba temblando; incluso amenazaba lluvia, lo cual me hubiera venido fenomenal; ni siquiera acertaba poniendo el móvil en posición para hacer una foto de recuerdo ... aunque algo parece que ha salido.
Tras subir por el Cabestro
¿Que qué es mas duro, el Mirlo o el Cabestro?; vamos a ver, las rampas del Mirlo son en su conjunto más duras y más largas; las del Cabestro son más llevaderas hasta que llegas a la rampa final, justo un poco antes del cruce que conduce a la Font del Broll; en esta zona no puedes cometer ni el más mínimo error, por pequeño que sea, ya que no tienes opción a rectificar; además el terreno está mucho peor que en el Mirlo; en fin, quien los pruebe que opine; y a todo esto he llegado nuevamente a la Salud, más concretamente a la "doble curva"; ahora ya sí que puedo confesar que iba mal; el Cabestro me había rematado; he subido nuevamente hasta el Coll de les Torres como he podido, temblando y ya sin agua; sabía que el terreno que me quedaba para finalizar la etapa era ya bastante llevadero ... al menos sobre el papel; me he dirigido hacia Can Cuiàs, bajando por el Atajo del Cojo, el cual hacía ya tiempo que no tomaba, y nuevamente he podido comprobar que el terreno demasiado seco en las bajadas fuertes no nos va bien; he bajado un buen tramo con el freno trasero clavado y controlando con el delantero, derrapando, aunque sin incidencias de ningún tipo; he tomado a continuación la Trialera de Can Cuiàs, la paralela a la carretera, bastante justito ya la verdad, y rápidamente me he dirigido por la pista de Can Cuiàs que conduce a Vallvidrera hacia la zona del mirador del Turó d'en Cors, en donde tras subir una rampa inicial, he tomado una trialera por la que hacía años que no pasaba; creo que le pusimos el nombre de la Trialera del Turó d'en Cors; es impresionante, aunque muy técnica; enlaza con la trialera que va desde Can Cuiàs a la zona de la Plaza Mireia, pasando cerca de la Font del Ferro; hacia allí me he dirigido yo totalmente deshidratado; cuando he llegado a la Plaza Mireia, después de subir las impresionantes rampas finales, algunas incluso no ciclables, no he tenido más remedio que parar en una fuente para refrescarme; aquí está la prueba,
En la Font de la Plaza Mireia
Me quedaba una última dificultad: la subida de Can Vilà (los ponys), y allá que me he dirigido sin perder más tiempo, ya que quería finalizar de una vez esta etapa; antes de llegar a la pista principal que conduce a Can Vila, he tenido la oportunidad de bajar por la Trialera de las Raíces, por la que también hacía bastante tiempo que no bajaba, aunque el disfrute siempre sea el mismo; en esta ocasión había que bajar con algo más de precaución por el estado del terreno; cuando he llegado a la pista principal, me han dado ganas de continuar hacia Can Pedrosa para finalizar la etapa lo más pronto posible, olvidándome de la subida de Can Vilá (los ponys), aunque finalmente he querido terminar esta etapa para no tener que repetirla, el menos de momento, a pesar de ir ya bajo mínimos,
La subida de Can Vilá (los ponys),
la última dificultad de la jornada
Nuevamente he llegado a la zona de la Penya del Moro, yendo por su pista principal con dirección a Mas Lluhí, en Sant Feliu, aunque antes de eso aún he tenido tiempo de tomar la Trialera de las Piedras que enlaza con "el bosquecillo", desde donde he llegado a la pista de Salud a la altura de la ermita, poniendo ya rumbo a casa por la carretera nacional (el carril bici, jeje); y colorín colorado ...
De vuelta en Molins de Rei, en donde he
coincidido con mi hermano Pepe y Jordi
Datos técnicos:
Trayecto 129
12-07-2014
"il grande etapone"
(el gran etapón)
Duración: desde las 8:00 a las 14:00 horas
Tiempo de pedaleo: 4:15 horas
Climatología: nubes y claros; calor; humedad
Terreno: seco; en perfectas condiciones
Distancia: 49,33 km a una media de 11,6 km/h
Altitud acumulada: 1.717 m
Un servidor
Crónica:
Hoy sí; llevaba mucho tiempo detrás de esta etapa, aunque no he intentado hacerla muchas veces; de hecho hoy era la tercera vez; hace unos tres años intentamos terminarla Manolo (Bione), José Martín y un servidor, pero finalmente, debido a la calor, decidimos suspenderla a medio camino; la última vez que lo intenté fue precisamente el sábado pasado-día 5 junto con Miguel (ón), y tampoco esa vez pudimos terminarla debido a asuntos de trabajo de nuestro amigo; en aquello ocasión me prometí que a la primera oportunidad que tuviera lo intentaría nuevamente, aunque fuera en solitario; y esa oportunidad se ha presentado hoy; lo que ocurre es que será la última dado que la semana próxima volveré ya a la rutina de salidas con la flaca, destinando el sábado a la salida larga por carretera; pues nada, dicho lo dicho, y para no cansar demasiado al personal, vamos a ver cómo se ha desarrollado esta durísima salida; ayer por la noche lancé al WatsApp esta salida, con el propósito de que alguien se apuntara; pero esta vez no ha habido suerte; ni siquiera Miguel (ón), seguramente debido a otras ocupaciones; tan solo Manolo (Bione), aún convaleciente de su caída, estaba predispuesto a venir; finalmente casi he tenido que convencerle para que no viniera debido a la tremenda dureza de esta salida para no afectar a su recuperación; finalmente he salido solo; a las 8:00 horas; no hacía falta salir antes; la verdad es que no estoy en mi mejor momento, ya que desde mi participación en la QH, además de limitar muchísimo mis salidas, zampo como un descosío; ahora mismo peso casi 7 arrobas, y eso se nota; la verdad es que a primera hora no lo he notado mucho, aunque a medida que iba transcurriendo el tiempo me iba desengañando; casi he tenido la misma idea que tuvimos Miguel (ón) y un servidor el pasado sábado e irme a almorzar a Sant Creu; menos mal que no lo he hecho, de lo cual le alegro; la primera gran dificultad del día, como ya sabemos, era la Trialera del Instituto ... en subida, claro está; hoy he encontrado el terreno mucho más seco que el sábado pasado y, por tanto, mucho más pesado; al menor descuido, la rueda trasera patinaba, y eso que la llevaba con muy poca presión; notaba que no iba fino del todo; cuando he terminado de subir por aquí, incluso he parado para examinar la bici, ya que no era normal que subiera tan atrancao; enseguida me ha dado cuenta de que la rueda trasera iba totalmente frenada debido a que las pastillas estaban prácticamente gastadas; de hecho iba frenando metal sobre metal, con un ruido infernal; seguramente tendré que cambiar el disco; no he podido hacer nada por solucionarlo debido a que no llevaba llaves allen, lo que me hubiera permitido poner detrás una de las pastillas de la rueda delantera; en fin, todo esto, como ya sabemos, hay que hacerlo en casa, por lo que no he tenido más remedio que continuar ... tras la foto para el recuerdo.
Aquí estoy en el cruce que se dirige a Can Ribes, tras
superar las rampas de la Trialera clásica del Instituto
Superar esta primera dificultad me ha alegrado bastante, ya que significaba que estaba metido en verea y, lo más importante, porque había superado las fortísimas rampas finales de esta trialeras; la siguiente dificultad era el Mirlo que, como sabemos, no deja indiferente a nadie; he seguido el itinerario previsto para esta salida, coincidente en estos primeros momentos con el que llevamos Miguel (ón) y un servidor en la salida del sábado pasado, con la única diferencia de que, una vez en la pista de gravilla que conduce a Can Planas, me he desviado a la derecha tomando el sendero de subida incluido en la Transiberiana, y que nos lleva directamente a la Rierada, aunque deberemos cruzar al final la propia riera, cosa que he hecho; enseguida he llegado a las impresionantes rampas del Mirlo; ni siquiera he podido ver el porcentaje de las mismas ya que, sorprendentemente, el Garmin cuando llegaba al 20% dejaba de marcar; en fin, habrá que estudiarlo; como he dicho, hoy el terreno estaba demasiado seco para mi gusto, lo que ha originado que no subiera con las mismas sensaciones que el sábado pasado, pese a que finalmente no ha habido ningún contratiempo; ¿que por qué asusta tanto el Mirlo?; jajajajajajaja; la respuesta la podréis encontrar en el relato que os enlazo, En el Mirlo hay algo; jajajajajaja; "oye, oye ... ¿pero eso llegó a pasar de verdad?"; jajajajajajajajaj; "¡¡¡¡madre mía, como sea cierto!!!!!!!"; jajajajajajaja; ándate con vista, para por si acaso.
Sonriente tras superar las durísimas rampas del Mirlo
La cosa iba bien; el tiempo era incluso bastante mejor que el que marcaba el Garmin, aunque sabía que me debería reservar ya que aún quedaba lo más complicado; "¿cómorrrrrrr?"; lo que oyes; tras superar el Mirlo me he dirigido hacia la siguiente dificultad, las rampas del Jabalí, para lo cual un poco antes de llegar a la carretera he girado por el dura subida que conduce a la "zona ociosa"; supongo que la mayoría me entiende; casi he tenido que ir sorteando profilácticos, muchos de éllos con unos llamativos colores; cuando he empezado a subir las rampas del Jabalí he notado que no iba todo lo bien que hubiera deseado; lo he achacado nuevamente a la rueda trasera, que seguía frenada, aunque en el fondo sabía que mis 7 arrobas de peso también tenían mucho que ver; he subido con mucha parsimonia, marcando a media distancia a un bíker que seguro que iba mucho peor que yo; en fin ...
En la cima del Jabalí
Tal y como se aprecia en la foto de más arriba, eran las 9:25 horas, lo que indicaba que iba muy bien de tiempo, teniendo en cuenta que había salido a las 8:00 horas y lo que ya me había metido en el chaleco; pero quedaba más; quedaba mucho más; por de pronto, la siguiente dificultad era la torre de vigilancia de La Creu d'Olorda, a donde hacía ya algún tiempo que no subía; antes de encaminarme hacia ella, como he dicho, he tenido que vencer la tentación de quedarme a almorzar en el bar de Santa Creu, como el sábado pasado; si hubiera estado Miguel (ón), seguro que me hubiera convencido; el terreno hacia la torre de vigilancia no me ha gustado nada; estaba demasiado seco y demasiado pedregoso, lo que ha dificultado enormemente la ascensión, nada fácil por otra parte; me he cruzado con un par de bíkers que bajaban escopeteados, lo cual me indicaba que se podía subir; jeje; obviamente lo he hecho, aunque he llegado cansado; más cansado de lo que hubiera deseado; por eso me he relajado en la Creu y he comido y me he hidratado convenientemente, ya que sabía que la siguiente dificultad estaba al doblar la esquina, como aquel que dice ...
En la Creu d'Olorda, con muestras de cansancio
En la cima de la torre de vigilancia he intentado recuperarme pensando que en la bajada me podría recuperar del todo; puede que así haya sido, aunque no estoy muy seguro, ya que en cuanto he llegado a la explanada de la Sanson y me he desviado por el GR he comenzado ya por un terreno pestoso que te deja fino, aunque en este caso con clara tendencia ascendente; enseguida me he visto metido de lleno en las rampas de la zona de la circunvalación, que bien podrían haber sido tratadas como una dificultad más debido a su dureza, con foto incluida; pero no había tiempo para más, ya que tras una ligera bajada, he llegado al pie de una nueva dificultad que también me asustaba bastante, el famoso Matamachos de Can Ferriol, no solo por su dureza sino por el mal estado en que presumiblemente se encontraría el terreno; este matamachos no tiene nada que ver con el del Garraf, aunque podrían ir de la mano; pensaba que el terreno estaría muy seco y pedrogoso, aunque en este caso no de forma exagerada; he subido, no sin dificultad, e incluso me he permitido pasar a una pareja de bíkers que iban rezumando como fieras; cuando he llegado arriba, al final de las rampas más espeluznantes, sabiendo que aún me quedaba un tramo hasta llegar al final en la carretera, me he parado para tirar la acostumbrada foto; ahí va.
En el Matamachos, tras superar
las rampas más espeluznantes
Bueno, bueno ... ahora ya si que podemos decir que me había zampado un buen repertorio de impresionantes rampas, a cual más dura; ahora sí que sabía que podría tomarme un descanso ya que la próxima dificultad era ... el Cabestro; ¡¡¡mamma mía!!!; no he querido pensar mucho en ello, entre otra cosas, porque aún tardaría un poco en llegar a él; ahora debía centrarme en un par de trialeras bastante complicadas, aunque en bajada, que no tardarían en presentarse; cuando he llegado a la carretera de Vallvidrera he introducido una variante respecto al itinerario original; en este debía seguir por la misma carretera, girando a la derecha, hasta llegar a la Trialera de la Feixera, en el Bosc Llarg, de infausto recuerdo para mí debido a que hace ya algo de tiempo me pegué una buena nata en ella; en esta ocasión lo que he hecho ha sido girar a la izquierda con dirección a la estación eléctrica que encontramos a la altura de la explanada de Santa Creu; en dicha estación he tomado la Trialera de la Creu, aunque en subida, la cual me ha dejado nuevamente en la propia carretera; tras transitar por ésta brevemente me he desviado otra vez para tomar la Trialera del R8, que ya ha desaparecido, lo cual me ha aproximado aún más a mi destino, muy cerca de la Sargantana; nuevamente he continuado por la carretera dejando atrás el cruce de Can Pascual, y al poco tiempo he girado ya para bajar por la Trialera de la Feixera, en el Bosc Llarg; se trata de una trialera de fuerte bajada, con infinidad de escalones y piedras, que te pone los güitos de corbata; como he dicho, en ella me di una buena nata, dando una vuelta en el aire, aunque sin consecuencias; pero hoy no; hoy he bajado bien, si bien con muchas precauciones debido a que el terreno se encontraba peor que nunca; cuando he llegado abajo, me he dirigido hacia el Coll de les Torres (la Salud), en donde he parado.
En el Coll de les Torres (la Salud)
Rápidamente me he dirigido hacia la zona de la Penya del Moro, aunque en esta ocasión, tal y como estaba previsto, lo he hecho por la zona del Turó de la Coscollera, que enlaza con la del Turó Rodó; pese a que al principio se debe superar una rampa de cierta consideración, luego lo compesaremos con creces cuando lleguemos a la Trialera del Turó Rodó; se trata de una preciosa trialera en la cima del turó, con unas vistas impresionantes, aunque no exenta de dificultades técnicas; la he bajado bien, sin incidencias, y eso me ha permitido llegar a la zona de la Penya del Moro, en donde aún he tenido tiempo de tomar la que conocemos como Trialera del Moro; ahora sí que no he podido dejar de pensar en el Cabestro; me iba acercando a él sin remedio; hubo un tiempo en que un pagés, el viejo Borrachera, premiaba a todo aquél que lograra subir sus rampas imposibles con una comida, y cuenta la leyenda que jamás tuvo necesidad de invitar a nadie; con eso está todo dicho; un servidor tuvo oportunidad de recrearse con esta leyenda escribiendo un largo y fantástico relato que títulé "Si me pierdo ... no me busquéis en el Cabestro (no digas que fue un sueño)"; os he dejado el enlace por si alguno se atreve con él, aunque ya os aviso de que es largo; se trata del Capítulo II, que va a continuación del relato del Mirlo; una vez he alcanzado la Salud y he girado a la derecha con dirección al Cabestro, sabía que ya nada podía hacer ... tan solo intentar subirlo sin desfallecer; poco antes de iniciar ya sus primeras rampas, las más suaves, he tenido que volver a parar al notar nuevamente que la rueda trasera iba demasiado frenada; casi ni giraba; lo único que he podido hacer ha sido aflojar uno de los tornillos del eje y montarla torcida para intentar centrar lo máximo posible el disco entre las pastillas; parece que ha funcionado algo, aunque sabía que en cuanto frenara, todo se iría al carajo; lo bueno es que subiendo el Cabestro uno no tiene ninguna necesidad de frenar; he podido subir; ¿seguro?; ya ni me acuerdo; jajaja; pero lo que si es cierto es que el terreno estaba impracticable, con infinidad de piedras que imposibilitaba ir encima de la bici; he llegado arriba temblando; incluso amenazaba lluvia, lo cual me hubiera venido fenomenal; ni siquiera acertaba poniendo el móvil en posición para hacer una foto de recuerdo ... aunque algo parece que ha salido.
Tras subir por el Cabestro
¿Que qué es mas duro, el Mirlo o el Cabestro?; vamos a ver, las rampas del Mirlo son en su conjunto más duras y más largas; las del Cabestro son más llevaderas hasta que llegas a la rampa final, justo un poco antes del cruce que conduce a la Font del Broll; en esta zona no puedes cometer ni el más mínimo error, por pequeño que sea, ya que no tienes opción a rectificar; además el terreno está mucho peor que en el Mirlo; en fin, quien los pruebe que opine; y a todo esto he llegado nuevamente a la Salud, más concretamente a la "doble curva"; ahora ya sí que puedo confesar que iba mal; el Cabestro me había rematado; he subido nuevamente hasta el Coll de les Torres como he podido, temblando y ya sin agua; sabía que el terreno que me quedaba para finalizar la etapa era ya bastante llevadero ... al menos sobre el papel; me he dirigido hacia Can Cuiàs, bajando por el Atajo del Cojo, el cual hacía ya tiempo que no tomaba, y nuevamente he podido comprobar que el terreno demasiado seco en las bajadas fuertes no nos va bien; he bajado un buen tramo con el freno trasero clavado y controlando con el delantero, derrapando, aunque sin incidencias de ningún tipo; he tomado a continuación la Trialera de Can Cuiàs, la paralela a la carretera, bastante justito ya la verdad, y rápidamente me he dirigido por la pista de Can Cuiàs que conduce a Vallvidrera hacia la zona del mirador del Turó d'en Cors, en donde tras subir una rampa inicial, he tomado una trialera por la que hacía años que no pasaba; creo que le pusimos el nombre de la Trialera del Turó d'en Cors; es impresionante, aunque muy técnica; enlaza con la trialera que va desde Can Cuiàs a la zona de la Plaza Mireia, pasando cerca de la Font del Ferro; hacia allí me he dirigido yo totalmente deshidratado; cuando he llegado a la Plaza Mireia, después de subir las impresionantes rampas finales, algunas incluso no ciclables, no he tenido más remedio que parar en una fuente para refrescarme; aquí está la prueba,
En la Font de la Plaza Mireia
Me quedaba una última dificultad: la subida de Can Vilà (los ponys), y allá que me he dirigido sin perder más tiempo, ya que quería finalizar de una vez esta etapa; antes de llegar a la pista principal que conduce a Can Vila, he tenido la oportunidad de bajar por la Trialera de las Raíces, por la que también hacía bastante tiempo que no bajaba, aunque el disfrute siempre sea el mismo; en esta ocasión había que bajar con algo más de precaución por el estado del terreno; cuando he llegado a la pista principal, me han dado ganas de continuar hacia Can Pedrosa para finalizar la etapa lo más pronto posible, olvidándome de la subida de Can Vilá (los ponys), aunque finalmente he querido terminar esta etapa para no tener que repetirla, el menos de momento, a pesar de ir ya bajo mínimos,
La subida de Can Vilá (los ponys),
la última dificultad de la jornada
Nuevamente he llegado a la zona de la Penya del Moro, yendo por su pista principal con dirección a Mas Lluhí, en Sant Feliu, aunque antes de eso aún he tenido tiempo de tomar la Trialera de las Piedras que enlaza con "el bosquecillo", desde donde he llegado a la pista de Salud a la altura de la ermita, poniendo ya rumbo a casa por la carretera nacional (el carril bici, jeje); y colorín colorado ...
De vuelta en Molins de Rei, en donde he
coincidido con mi hermano Pepe y Jordi
Datos técnicos:
Preciosa y dura etapa que hoy, por fin, he podido terminar en su totalidad; la hemos iniciado en el Parque de las Palmeras de Molins de Rei, desde donde nos hemos dirigido hacia la "trialera clásica del Instituto", que hemos subido hasta finalizar en la pista que conduce a la masía de Can Barza y Can Tintorer; hemos continuado hasta llegar a la carretera de Valvidrera por la pista principal, llegando a la altura de Sant Bartomeu de la Quadra, bajando por la pista de gravilla que conduce a la masía de Can Planas, si bien hemos tomado el sendero de la derecha que finaliza a la altura del salto de agua, continuando por la Rierada con dirección a Can Campmany (las 3 Ollas), desde donde nos hemos dirigido hacia el Mirlo, tomando brevemente la pista asfaltada; tras superar al Mirlo y llegar nuevamente a la carretera de Vallvidrera, hemos cruzado ésta a la altura de Can Campmany para dirigirnos hacia el Jabalí, por donde hemos subido y hemos llegado a la explanada de Santa Creu d'Olorda, continuando nuestro itinerario con dirección a la torre de vigilancia de la Creu d'Olorde, a donde hemos subido para bajar a continuación con dirección a la carretera de la Sanson, tomando a su finalización el desvío que conduce a la explanada de Can Ferriol, desviándonos un poco antes de llegar a la masía por lo que conocemos como la circunvalación, lo cual nos ha dejado al pie del Matamachos, que hemos subido, llegando así a la carretera de Vallvidrera, por la cual hemos transitado girando a la izquierda hasta desviarnos a la altura de la estación eléctrica para subir por la Trialera de Santa Creu, enlazando posteriormente con la del R8, la cual nos ha devuelto nuevamente a la carretera de Vallvidrera, por la cual hemos continuado pasando por Can Pascual; nosotros hemos continuado en esta ocasión por la propia carretera hasta desviarnos para tomar la Trialera de la Feixeda, en el Bosc Llarg, y dirigiéndonos después al Coll de les Torres (la Salud), para continuar con dirección a la zona de la Penya del Moro, aunque yendo en esta ocasión por la zona del Turó de la Coscollera y el Turó Rodó, tomando aquí la Trialedra del Turó Rodó que nos he dejado en la zona de la Penya del Moro, continuando por la pista principal hasta llegar a la ermita de la Salud y la propia Salud por la zona de las palomas; una vez en la Salud nos hemos dirigido hacia arriba, desviándonos a la derecha al cabo de poco tiempo para tomar la pista del Cabestro y llegando por ella nuevamente a la Salud, a la altura de la doble curva; hemos continuado por la pista principal de la Salud hasta llegar nuevamente al Coll de les Torres, desde donde nos hemos dirigido a Can Cuiàs por la Trialera de este mismo nombre, bajando por el Atajo del Cojo; desde la explanada de Can Cuiàs nos hemos dirigido por la pista principal al mirador del Turó d'em Cors, cruzando finalmente la carretera para tomar la Trialera del Turó d'en Cors que nos ha llevado a la Plaza Mireia, pasando cerca de la Font del Ferro; desde la Plaza Mireia nos hemos dirigido a Can Vilà (los ponys), si bien antes de llegar a la pista principoal hemos bajado por la Trialera de las Raíces; después nos hemos desviado por Can Vilà (los ponys) para subir por la pista hasta llegar otra vez a la zona de la Penya del Moro, continuando por ella con dirección a Mas Lluhí, en Sant Feliu de Llobregat, a donde hemos llegado a través de la Trialera de las Piedras y "el bosquecillo"; una vez en Mas Lluhí, emprenderemos el regreso a Molins de Rei por la carretera nacional.
La orografía de la etapa
La orografía de la etapa
Se trata de una etapa durísima, ya que en 50 km de distancia subiremos una rampa tras otra hasta acumular más de 1.700 m de altitud; lo más duro sería la trialera clásica del Instituto en subida, el Mirlo, el Jabalí, el acceso a la torre de vigilancia de la Creu d'Olorda, el Matamachos de Can Ferriol, el Cabestro, ...
El itinerario de la etapa
Índice I.B.P. 144 (dureza extrema)
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