Los integrantes de la salida en Torre Baró
Trayecto 146
08-02-2015
TORRE BARÓ
Duración: desde las 8:00 a las 13:00 horas
Trayecto 146
08-02-2015
TORRE BARÓ
Duración: desde las 8:00 a las 13:00 horas
Tiempo de pedaleo: 3:44:53
Climatología: despejado; viento; frío del carajo
Climatología: despejado; viento; frío del carajo
Terreno: seco; muy duro; bien en línea generales
Distancia: 52,94 km
Altitud acumulada: 1.186 m
Distancia: 52,94 km
Altitud acumulada: 1.186 m
Grupo:
Los integrantes en la salida, por orden alfabético:
José Ángel, José Cusí, Manuel, Óscar, Pedro, Salvador y Thomas
Crónica:
Bueno, bueno ... las cosas van volviendo a la normalidad; en mi caso hacía más de dos meses que no realizaba una salida con la bici de BTT debido a la dichosa base, que requiere ir por zonas totalmente llanas para que la fc no se dispare, lo cual sólo se puede conseguir yendo con la flaca; pero esto felizmente ya se ha terminado; ¿que como me ha ido?; bueno, de una cosa estoy seguro: he perdido toda la potencia que tenía cuando empecé con la base y mi fc es más o menos igual que entonces, así que ...; en fin, empecemos con la crónica de la bonita salida de hoy; creo que inicialmente no estaba previsto ir a Torre Baró, ya que lo que tocaba era estrenar la bici nueva de Óscar, un pepinazo de 27,5', muy bonita, de color verde; me vas a perdonar, Óscar, que no diga la marca, pero es que ahora no la recuerdo; el caso es que le ha ido de fábula; se le nota contento; a eso de las 8:00 horas nos hemos ido presentando en La Palmeras; en esta ocasión el primero en llegar ha sido José Cusí, si bien como estaba agazapado medio escondido debido al frío de la mañana, me ha pasado inadvertido cuando un servidor ha llegado al parque; tanto frío hacía que me he dedicado a dar vueltas al parque ... hasta que José Cusí ha salido de su agujero; al cabo de poco tiempo ha llegado la tropa de Sant Feliu: José Ángel, Manuel, Pedro y Thomas; aún no habíamos terminado de saludarnos cuando hemos visto a lo lejos la silueta de un ciclista impecablemente vestido de verde, con una máquina igualmente verde; lo primero que hemos pensado es que se trataba de José A. Hermida, lo cual nos ha alegrado mucho, aunque cuando lo hemos tenido más cerca nos hemos percatado de que era nuestro querido amigo Óscar con su flamante pepinaco; tras darnos los detalles de su fabulosa compra hemos iniciado la marcha con dirección a la Rierada, muertos de frío; la temperatura a estas horas era de -2ºC, y bien que se notaba; casi nos hemos repuesto cogiendo el sendero en subida que bordea Can Salat por la parte de atrás, lo cual hemos agradecido; no recuerdo si en estos momentos sabíamos ya que nos dirigíamos a Torre Baró, aunque no tardaríamos en saberlo; por eso hemos continuado por la "zona de las casas" con dirección a la "boca de riego", ilustrando por el camino a quienes aún no sabían de nuestras andanzas en Torre Baró con nuestro fantasma favorito; al final de esta crónica, insertaré el relato que un sujeto me contó hace unos años referido al "fantasma de Torre Baró", y del cual tan solo he podido relataros el primer capítulo debido al pavor que me produce acordarme de aquella historia que me contó aquel individuo, que era más raro que un perro verde, y al que ya no he vuelto a ver más, aunque los acontecimientos posteriores nos han demostrado que todo aquello era rigurosamente cierto; el acceso a Torre Baró lo hemos realizado de mil maneras distintas, aunque creo que hoy era la primera vez que lo hacíamos a través del Fumet, a donde hemos llegado tiritando de frío, y percatándonos de que la zona técnica está más complicada que nunca; casi ni nos ha dado tiempo de hacernos la acostumbrada foto; ahí va; por supuesto que el que va vestido de verde es Óscar, y uno de los de la foto de abajo, con una sonrisa de oreja a oreja un servidor; espero que ahora ya nadie me diga que salgo demasiado serio en las fotos; ¿has oído, Fernando?.
En el Fumet
Pese al frío, lo estábamos pasando de fábula, a pesar del fuerte viento que hacía en ocasiones; salvo algunas caídas sin importancia, hemos ido superando las dificultades que el terreno nos iba presentando, sin incidencias; desde la zona de Vista Rica el itinerario ya ha sido el clásico, el de toda la vida, pasando por la zona del Portal de Valldaura y el Forat del Vent y llegando así a nuestro destino: la Torre Baró; José Ángel nos había dicho que la habían restaurado, y efectivamente así ha sido; incluso han adecuado una de sus habitaciones como museo, con gente entrando y saliendo; alguno de nosotros parece ser que se ha alegrado bastante al creer que el bullicio de la gente por fin habría conseguido que el fantasma emigrara; hasta yo estaba convencido de ello, pero sin embargo ha ocurrido algo que ha hecho que me lo replanteara; veréis; en un momento dado hemos entrado Manuel y yo en la zona del museo, o al menos eso pensaba; un servidor se había adelantado un poco y al poco tiempo he sentido cómo alguien me ponía la mano en el hombro; pensando que era Manuel, le he hecho un comentario con la intención de obtener otro por su parte; al darme cuenta de que no contestaba, sintiendo aún una mano sobre mi hombro, me he girado, pudiendo comprobar que no había nadie detrás de mí; no he querido decir nada a los demás para no inquietarles, pero que conste que en Torre Baró sigue habiendo algo ... o alguien; ya contaremos.
Aquí estamos en Torre Baró
Una vez rendida cumplida visita a Torre Baró hemos iniciado el camino de regreso, coincidiendo prácticamente con el itinerario de la ida hasta llegar a la carretera del Tibidabo, ya que aquí nos hemos dirigido a la carretera de las Aguas por Can Borni; desde luego hoy había más gente que de costumbre, pese al viento y al frío, por lo que hemos tenido que tomar nuestras precauciones; tras pasar por la Plaza Mireia, nos hemos dirigido ya hacia Sant Feliu de Llobregat por la zona de Can Pedrosa y Can Gelabert; un poco antes, en la zona de las raíces, Thomas ha tenido un reventón en la rueda trasera; dado que lleva tubeless y una válvula sujeta con un tornillo de rosca exagonal, no hemos podido sacar la válvula para poner una cámara al no llevar la llave adecuada, por lo que el bueno de Thomas no ha tenido más remedio que regresar a casa andando, con la bici a cuesta; ¿sabe alguien que es lo que Thomas va a meter en la mochila de la bici más pronto que tarde?; pues eso; y colorín colorado, ...
En la zona de las raíces, intentando solucionar el
reventón de Thomás, aunque sin conseguirlo
Datos técnicos:
Se trata de uno de los accesos a Torre Baró, aunque en la salida de hoy hemos introducido algunas variantes; la hemos empezado dirigiéndonos a La Rierada por el camino de costumbre, aunque en esta ocasión tomando el sendero de subida que bordea la parte trasera de Can Salat antes de llegar a esta masía, para continuar por "la zona de las casas" en la urbanización de La Rierada para dirigirnos al Collet de Batllivell (la boca de riego), desde donde hemos puesto rumbo al Fumet por la zona de la Colonia Montserrat y la carretera de Las Planas; desde el Fumet nos hemos dirigido al cruce de La Vinassa, tras pasar previamente por el Coll Blau, las inmediaciones de Can Casas y Can Cortés; en la Vinassa hemos bajado la trialera del mismo nombre, la cual nos ha dejado en la carretera del Tibidabo, continuando por ella hasta Vista Rica, a donde hemos llegado por la "trialera de las raíces"; hemos continuado nuestro recorrido con dirección al Portell de Valldaura, a través del Turó de Santa María y de Sant Cebriá, cerca del Centre d'acollida d'animls de companyia; tras llegar al Portell de Valldaura hemos continuado hacia la zona del Forat del Vent tomando la trialera de siempre, continuando ya nuestra aproximación a Torre Baró a través de Coll de le Ventosa, el Turó Blau y el Turó d'en Cuiàs, llegando así a la torre; el camino de vuelta lo hemos realizado prácticamente por el mismo itinerario que en la ída, aunque en esta ocasión al llegar a la carretera del Tibidabo nos hemos dirigido por ella a la carretera de las Agua por Can Borni, llegando a la plaza Mireia por el camino clásico, y desde allí nos hemos dirigido ya hacia Sant Feliu de Llobregat por Can Pedrosa y Can Gelabert, llegando a la zona de Mas Lluhí, y regresando a Molins de Rei por la carretera N-II.
La altimetría de la etapa
Se trata de una etapa con una altitud acumulada de poco más de 1.000 m, una distancia de 53 km y un índice I.B.P. de 1.252 m y un índice I.B.P. de 98, lo cual la convierte en una etapa que, por lo menos, tiene cara y ojos, aunque lo más duro ha sido las rampas en subida con algunas trialeras que, debido a su escasa distancia, su dureza casi no se refleja; aparte de eso, destacaríamos el acceso al Portell de Valldaura, sobre todo en la vuelta, y alguna trialera de la zona del Forat del Vent; un salida un tanto complicada, aunque muy agradable y divertida.
El itinerario de la etapa
Índice I.B.P. 98 (duro)
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Tal y como hemos dicho, aquí os dejo el relato de "El fantasma de Torre Baró; se trata de una historia que hace unos años me explicó un individuo que me encontré en el tren, y al que ya no he vuelto a ver; ahí os dejo el 1er. capítulo; algún día es posible que termine este relato, aunque es muy cruento.
Hace ya bastante
tiempo estuve con un extraño sujeto que me contó una inquietante historia; yo
al principio no lo creí, pero con el paso del tiempo empecé a atar cabos y en
la actualidad he podido llegar a la conclusión de que aquel relato era
rigurosamente cierto, sobre todo después de la salida que hicimos el pasado
domingo a Torre Baró; allí ocurrió algo imprevisto, aparentemente sin sentido,
de lo cual parece ser que tan solo yo me di cuenta, pero que definitivamente me
convenció de que la increíble historia que aquel individuo me contó hace ya
unos años era cierta; a partir de ahora que cada uno piense lo que quiera; me
dispongo ahora con vuestro permiso a relataros aquellos acontecimientos, pero
voy a hacerlo poco a poco, ya que además de que pudieran herir la sensibilidad
de algunos dada su crueldad y dureza, son bastante largos; empiezan así:
“Mi nombre es … prefiero no decirlo; no
quiero que nadie me pueda identificar con los sucesos que os voy a relatar;
¿creéis en fantasmas?; yo tampoco creía, al menos hasta hace unos diez años;
desde entonces no solo creo en éllos, sino que yo mismo me he convertido en un
ser espectral; casi nadie lo sabe; tan solo mi mujer y Paco, mi mejor amigo;
también mi perro; a los animales no se les puede engañar; ahora tengo 43 años y
debido a mi actual estado, he debido dejar la bici; pero hace diez años era un
buen bíker; mis amigos me llamaban “plato duro”; podéis imaginaros por qué; me
encantaba llevar grandes desarrollos; a mí no me hacían falta tres platos; me
bastaba con dos; hoy día incluso podría ir sin ninguno; jajaja; es broma; la
historia que os voy a revelar no es sino parte de mi propia vida; he quedado
marcado con ella para siempre; quisiera dejar este mundo cuanto antes, pero
precisamente ese es el alto precio que tengo que pagar; debo seguir vagando en
esta vida sin ninguna razón; sin ninguna esperanza; ¿cómo empezó todo esto?;
bien, vamos allá; hace ya más de diez años yo tenía una preciosa bicicleta; para
más señas os diré que se trataba de una Ghost; qué casualidad; por supuesto
rígida; vivía en la calle Zamora, en el Poble Nou, y, como os he dicho, era un
gran aficionado al Mountain Bike; salía en compañía de mis amigos, sobre todo
por la zona de Collserola, y desde luego lo pasábamos muy bien; un día, en un
bar, no pude evitar oír lo que estoy a punto de relataros; un suceso
escalofriante; una persona de edad avanzada y con una extraña mirada que estaba
apurando un chato de vino en la barra, le contaba a un chico joven que había
por allí una historia que me conmovió; hablaba de un inquietante suceso que
parece ser que ocurrió en Torre Baró; yo me quedé helado con aquel relato, ya
que precisamente Torre Baró era uno de los lugares preferidos de nuestras
salidas en bici; a mí particularmente no me gustaba demasiado ir allí porque
cuando llegábamos a la torre casi siempre tenía una rara sensación; no podía
dejar de mirar para atrás, casi de forma refleja; tenía la sospecha de que
alguien nos vigilaba desde la propia torre; no podía evitarlo; un día incluso
tuve la impresión de que algo que estaba detrás de mí llegó a tocarme en uno de
mis hombros, como si intentara decirme algo; por eso cada vez que pasábamos
junto a la torre un sudor frío me recorría parte del cuerpo; siempre tuve la
sospecha de que allí había algo terrible; ahora ya puedo afirmarlo; pues bien,
ese día en el bar tuve la sensación de que el viejo que estaba contando aquella
historia sabía perfectamente que yo estaba escuchando; no solo eso; estoy
seguro de que lo que estaba relatando realmente me lo decía a mí; era como si
me conociera de algo; de vez en cuando incluso alzaba la vista buscándome y al
localizarme me miraba de forma sobrecogedora; yo no podía dejar de escucharle,
hasta que de repente sucedió algo muy extraño; algo que me hizo reaccionar de
inmediato; algo que marcaría ya mi existencia para el resto de mi vida …
(Continuará …)
Foto de la salida del día 15-05-2011, en la cual se aprecia
perfectamente el fantasma de Torre Baró en una de las ventanas.
Suerte has tenido de que sólo te haya tocado el hombro, yo creo que estaba cojiendo confianza y la próxima vez te pone mirando pa Cuenca.... jajaja
ResponderEliminarIncreíble salida y una cronica buenisima,gracias Siberianos.
ResponderEliminarMuy buena crónica. Y tienes razón. Para la próxima tendré todas las cosas para que una rueda pinchado no me frene.
ResponderEliminarJose Angel, muy buena foto de tu perfil :-)
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